La convocatoria de un grupo de jóvenes para cuestionar los privilegios que la sociedad machista le otorga al hombre por el hecho de nacer con ese género comienza a replicarse en muchas ciudades de la Argentina. La iniciativa que ya tiene un desarrollo prolongado en las ciudades de La Plata, Rosario, Mendoza, Haedo, CABA, empezó a desplegar sus primeros pasos en nuestra ciudad.

Son hombres que se definen como antipatriarcales, buscan cambiar las reglas de la masculinidad y buscan acompañar como aliados la lucha del feminismo.

Este Colectivo Antipatriarcal de Luján surgió hace algunos meses a raíz del pedido de la Asamblea de Mujeres a un grupo de hombres pertenecientes a organizaciones políticas y sociales a que dicten un taller abierto sobre los privilegios del hombre en la sociedad en el marco del Ni Una Menos.

El grupo buscó convocar a más hombres (organizados o independientes) a que cuestiones su rol en la sociedad, sus privilegios e incluso en la propia opresión que los varones sufren por tener que cumplir con la heteronormatividad, un ejemplo de ello es evitar mostrar las emociones.

El taller de varones que se realizó en el Centro Cultural José Artigas, “es realmente novedosos para nuestra ciudad”, coincidieron los participantes. Es el segundo taller que se realiza, pero el primero con una planificación más trabajada y ampliada por los integrantes del colectivo antipatriarcal.

La actividad contó con cuatro etapas. En una primera instancia, los participantes hicieron una breve presentación para afianzar el grupo. En una segunda etapa, se proyectó el cortometraje “mayoría oprimida”, el cual muestra un mundo donde los roles de género se invierten, y las mujeres son opresoras y los hombres oprimidos. De esta manera se buscó hacer ver a aquellas personas que aún no lo tengan claro, a qué se enfrenta una mujer en su día a día, con violencias constantes, acoso, menosprecios, etc.

Luego, se desarrolló una actividad de contacto entre hombres, la cual promovió abrazos entre ellos, lo que implicó abrazarse y mantenerse en ese contacto para deconstruir la idea de que entre hombres sólo se acepta una palmada en el hombro, casi un golpe a modo de saludo. Por último, se leyó un capítulo del libro “No nacemos machos” como disparador para escribir una pequeña conclusión bajo la consigna “¿qué sabemos del patriarcado?”.