2 de junio de 2014
Pérdidas ambientales y riesgos humanos en barrios humildes, por la expansión de los barrios cerrados
El geógrafo Diego Ríos, investigador del conicet publico un informe en Telam sobre el desarrollo de los barrios privados en Buenos Aires y como esto afecta a la localidad de Luján en materia de inundaciones y crecidas del río.
El imponente crecimiento de barrios cerrados generó desde la pérdida de suelo fértil y de los servicios que ofrecían las áreas inundables, hasta el modo diferencial en que las inundaciones afectan a los pobladores de los barrios humildes.
El imponente crecimiento de barrios cerrados que se dio en las dos últimas décadas en el Gran Buenos Aires generó un fuerte impacto ambiental, desde la pérdida de suelo fértil y de los servicios que ofrecían las áreas inundables que fueron rellenadas, hasta el modo diferencial en que las inundaciones afectan a los pobladores de esos emprendimientos y de los barrios humildes de la zona.
"La urbanización neoliberal asociada con la expansión de las urbanizaciones cerradas sobre rellenos generó un espacio de riesgo de desastre profundamente desigual", sintetizó en diálogo con Télam el geógrafo Diego Ríos, investigador del Conicet en el Instituto de Geografía de la Universidad de Buenos Aires, y abocado a esta problemática.
El especialista precisó que estos barrios "se localizaron en áreas de influencia del sistema de autopistas metropolitanas, especialmente, en tierras periurbanas de usos productivos de baja inversión de capital como es el caso de importantes zonas frutihortícolas, entre otras".
En este sentido, puntualizó que además de esa pérdida de suelo fértil, la expansión de estos barrios provocó otras reacciones adversas como las que se derivan de "la urbanización de áreas inundables correspondientes con los valles de inundación de los ríos y arroyos que atraviesan la metrópoli de Buenos Aires".
"En un futuro las imágenes de las consecuencias sufridas por el huracán Katrina en Nueva Orleáns podrían reproducirse, con sus particularidades, para el caso de Tigre y el resto de los municipios de la baja cuenca del río Luján"
Diego Ríos, geógrafo investigador del Conicet
El sistema de urbanización que se utilizó en esas áreas es el de "grandes rellenos" y con esa técnica "se elevó el nivel de cota de las zonas destinadas al uso permanente con material de aporte obtenido, en su mayoría, de los propios lagos que se construyeron al interior de estos emprendimientos", dijo Ríos.
Destacó que "la cuenca baja del río Luján, próxima al área de influencia de la autopista Acceso Norte, es donde este proceso fue notablemente más intenso; en esa cuenca la velocidad y expansión del crecimiento de urbanizaciones cerradas fue inédito".
De este modo, "a comienzos de los años `90 la superficie ocupada por este tipo de emprendimientos inmobiliarios en esa cuenca era de poco más de 300 hectáreas, mientras que a fines de la década pasada se había incrementado en más de 7.000 hectáreas".
"En los partidos de Tigre, Escobar, Pilar y Campana pareciera que este fenómeno todavía no tiene fin", enfatizó.
En tanto, precisó que los servicios ambientales que brindaban estas áreas inundables, como "la depuración de aguas, la reproducción de especies biológicas o la regulación hidrológica" se perdieron producto del desarrollo de esta nueva topografía asociada con los grandes rellenos.
"La disminución de superficies de retención de los excesos hídricos de ríos y arroyos que atraviesan la metrópoli como los causados por sudestadas del Río de la Plata, se destaca entre las pérdidas funcionales más importantes que brindan los humedales para nuestras sociedades urbanas", aclaró Ríos.
En relación con la gente afectada por estas construcciones, el investigador puntualizó que "desde que comenzó el proceso de urbanización en Tigre, las inundaciones afectaron a su población de manera diferencial".
Al describir la nueva geografía del lugar, señaló que "en muchas zonas de esas áreas inundables conviven lado a lado urbanizaciones cerradas sobre grandes rellenos, con asentamientos informales en donde existen algunas viviendas adaptadas a esas condiciones de inundabilidad y otras sin ningún tipo de sistema de mitigación".
Dijo que además de esas condiciones topográficas diferenciales, también es diferencial la capacidad económica, social, política que tiene cada grupo para hacer frente a los desastres.
En relación con la expansión de estos barrios a pesar de los daños ambientales y sociales, Ríos mencionó el desarrollo de importantes negocios que se realizan con los peores suelos.
"La irresponsabilidad de las empresas desarrolladoras fue acompañada de una porosidad administrativa a cargo de organismos provinciales y municipales que, a pesar de contar con normativa específica que limita la urbanización y las transformaciones de esas áreas inundables en materia urbanística, ambiental e hídrica, posibilitó, en la mayor parte de los casos, el avance silencioso de estos emprendimientos inmobiliarios", dijo.
En este marco, añadió que "en menor medida cabe cierta responsabilidad a los grandes medios gráficos que desde los años noventa a esta parte vienen promoviendo las urbanizaciones cerradas y su estilo de vida `en contacto con la naturaleza`, sin mencionar una sola nota crítica sobre este fenómeno en sus suplementos countries de los sábados".
Durante estas dos décadas, fueron pocas las crecidas que generaron inundaciones en las zonas donde se expandieron los barrios cerrados, aseguró el geógrafo, quien no descarta posibles anegamientos en el futuro que podrían perjudicar a los mismos habitantes de los barrios privados.
Pero "los que se encontrarán en una situación notoriamente más dramática son los grupos que habitan por fuera de las urbanizaciones cerradas, muchas veces en zonas donde han quedado encerrados entre rellenos y otras obras, como es el caso de las viales, dificultando con ello la dinámica hídrica", agregó.
Y en este sentido, expresó que "lamentablemente, en un futuro -próximo o lejano- las imágenes de las consecuencias sufridas por el huracán Katrina en la ciudad de Nueva Orleáns podrían reproducirse, con sus particularidades, para el caso de Tigre y el resto de los municipios de la baja cuenca del río Luján".
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